sábado, 26 de septiembre de 2009

Liederabend Matthias Goerne - Wigmore Hall

Pues ya estoy aquí. Volví el jueves por la noche y después de ponerme al día de algunas cosas pendientes ya es hora de contaros mis vacaciones musicales en Londres.

El primer evento, el domingo día 20 fue este Liederabend que esperaba con mucha ilusión despues de haber tenido unas pinceladas de Matthias Goerne en Castellón (Ruckert-Lieder) y de haberlas disfrutado tanto. Pero uno no siempre tiene lo que espera, es el factor sorpresa que siempre hay en cada concierto, en cada representación y si lo pensamos bien, es quizá el motivo por el que vamos una y otra vez a escuchar en directo...a ver que hay esa noche. Y lo que hubo esa noche en Wigmore Hall fue mucho aburrimiento y siento pena al decir que no fui yo sola la que se aburrió.

Para mi en un Liederabend el cantante (salvando la distancia) se debe convertir en una especie de cuentacuentos, como los que cuentan historias a los niños que se sientan a su alrededor y que les ves sus caritas alucinadas completamente absorbidos por lo que escuchan. A mi me gusta la idea de sentirme como uno de esos niños. Pero claro, si el cuentacuentos no funciona...los críos se aburren y se alborotan. En Wigmore Hall la media de edad no permitía el alboroto..pero mi vecino de delante se echó una buena siesta durante toda la primera parte :)
Y es que yo no sé porque, pero la expresividad de Matthias Goerne estaba en estado bajo cero...hasta el punto de parecer que repetía el mismo Lied una y otra vez, porque cantaba siempre exactamente igual. Bien, claro, porque canta bien y tiene una de las voces de barítono mas hermosas que he oído...pero expresividad cero. Y el Lied es poesía, y como toda la poesía (con música o sin ella) necesita ser bien expresada para hacer su efecto "mágico" sino el efecto, como decía antes, es el de producir sopor.
Las dos personas con las que fuí (una alemana y otra que habla alemán) coincidían en decir que además la dicción era pésima, porque no conseguían entenderle y para seguirlo tenían que leer el programa. Sobre esto no puedo dar opinión personal, porque servidora de todos modos ha de leer el programa, mis estudios de alemán no avanzan tan rápido :)

Y aquí llegamos a otro punto...el programa en sí mismo era bastante aburrido. Todo Schubert, del que yo no conocía mas que los tres ciclos famosos : "Die Schöne Müllerin", "Winterreise" y "Schwanengesang" y del que la mayoria de los lieder esa noche eran depresivos hablando de muerte y enterradores.
En la segunda parte hubo algo mas de variedad en los temas, pero creo que para ese entonces yo ya andaba algo "perjudicada".

Por ultimo, el pianista, Alexander Schmalcz. Yo no voy a decir aquí que soy una experta en pianistas acompañantes de lieder ..pero todavía soy capaz de darme cuenta cuando se aporrean las teclas del piano y aquello suena ...mal.

Lo mejor de la noche resultó ser el único bis (la cosa no daba para mas), que no sé como se llamaba, pero que pareció el oasis en el desierto y al menos dejó un buen sabor de boca.

En fin, sabéis que soy positiva o suelo serlo, pero no pude evitar sentirme decepcionada y de alguna manera triste, porque una voz tan hermosa merecería algo mas que ser agradable al oído, debería saber llegar al corazón.

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